y ahí estabas tu, frente a mi, solo una fina toalla cubría tu cuerpo, dejando tu pecho al descubierto..
¿y tu cara? pues.. con esa sonrisa increíblemente seductora e inocente que no podía hacer otra cosa si no conquistarme,
¿que qué dije?; "tienes.. tienes una pelusita en el ombligo."
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