martes, 1 de febrero de 2011

Mataría a otra, y otra, y otra más.

Harta de todo, del mundo y de sus inmediaciones.
ella nunca había sido así, sonreía ante todo, y así las putadas de la vida quizás serían mas llevaderas, y viendo a todo el mundo quejarse al mínimo golpe, sabiendo lo que a ella le había sucedido, y aún sosteniendose en pié sin un solo rasguño, le sorprendía la facilidad y parsimonia que tenía para quejarse el resto de la humanidad.
Pero la vida es breve y algún, quizá demasiado sabio, quizá demasiado estúpido le dijo: "Los que más se rien en la película son los malos" Y cansada de sostener su sonrisa diaria sin clavo alguno que la mantuviera elevada, decidió acabar con este juego de insensatos, reír ante todo lo que le hiciera gracia y dejar de ayudar a estúpidos que no merecían ni un ápice de cariño, ni una mirada de piedad, ahora había aprendido, y con una sonrisa totalmente diferente y pícara, la nueva "ella" había salido a las calles, a comerse al resto del mundo.

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